El vestido de novia, vestirá también los sueños, ilusiones y temores con los que iniciarás esta nueva experiencia de ser esposa.
En el proceso de selección de tu vestido de novia, deberá prevalecer tu personalidad y estilo, por sobre las tendencias. Es el momento de ser tu misma y la decisión deber absolutamente tuya. No compres nunca un vestido que sea “lo último” pero que no te favorezca. El color de tu vestido debe ir a tono con tu piel. Si eres de tez oscura, el blanco puro será el mejor, si eres muy blanca, apuesta por el color marfil. El tono crudo o blanco roto, favorece a las novias con tez ni muy clara, ni muy morena.
Elige el modelo de tu vestido según la forma de tu cuerpo y lucirás espléndida. Estar linda y cómoda, si es compatible, si llevas un vestido muy ajustado, no podrás disfrutar del banquete y te arrepentirás. Elije uno que te permita gozar al máximo de tu gran día.
Los expertos recomiendan que cuando creas que has encontrado el vestido ideal, no te quedes mirándote al espejo. Camina, siéntate, salta, baila, sube los brazos. Si hay algo de eso que no puedes hacer, entonces no es el vestido perfecto.